Siempre alerta
Imagínate, estaba sentada delante del ordenador, "haciendo pictogramas" para el libro de comunicación de nuestra guerrera y de repente, levantamos la cabeza mi hija mayor y yo porque Martina respira con dificultad y es el sonido de su respiración agónica lo que nos hace saltar la alarma. Empiezan unos minutos angustiosos de auténtico pavor, lo primero hice fue agarrarla y ponerla boca abajo sobre mi brazo izquierdo golpeándola con la mano derecha en la espalda, recuerdo que parecía una muñeca, azul, al mismo tiempo le grito a su hermana para que corra a por el tlf y llame al 112, desde allí nos pasaron a su vez con un médico que me guió hasta que conseguimos que escupiera el objeto con mucha saliva y sangre, un imán de nevera.
Su atracción por el agua nos hace redoblar esfuerzos en zonas con piscinas o de playa, su retraso madurativo hace que, de momento, ni controle sus golpes ni vea peligro en una llama.
Y es que aprendes a estar continuamente alerta, empezamos a anticipar sus acciones por su comportamiento, tiene pequeños rituales que la delatan. Su mamá es la persona que mejor la conoce debido a su dedicación exclusiva diaria, haciendo una labor importantísima en su desarrollo mediante su trabajo focalizado en la estimulación y vigilancia, responsabilidad que por horarios comparte con papá básicamente los fines de semana.
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SIEMPRE ALERTA
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